Una carta en el cajón de mis desastres.
Un beso entre los versos
Y mil versos por los besos que no pude darte.
Mil miedos compartidos
entre tus fantasmas y los míos,
y un castillo de ruinas al que algún día llamamos hogar.
Dos peces con poca memoria y una gran lista de reproches,
que discuten cada noche sobre quién se ha entregado más.
Que el amor también se rompe, como todo frágil cristal,
y nosotros hemos dejado de recuerdo los besos,los versos,los miedos, los " ya no serán" y una lista interminable de "quizás".
(Ainhoa Amador)
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